Atrapado en la mesa de juego
con mis cartas ante la bella vida,
jamás le voy a huir a mis batallas
aunque tenga que morir en este viaje siempre de ida.
A nadie le tiemblan las manos,
todos estamos decididos a ganar
y en la mirada profunda de los jugadores
se encuentra la vida misma queriéndonos triunfar.
La noche debería ser más larga
así no tendría tan pesada carga
y mi comedia se reiría a carcajadas de mi farsa
jugándole al máximo a la huesuda parca.
La vida es un juego
y debes saber jugar,
todo es consecuencias
siembra bien y cosecharás
los frutos más dulces de la vida
como lo es querer una historia familiar
con esposa fiel e hijos tiernos
y un leal perro con quien jugar.
Estas cartas son las que me dio la vida
con resignación las juego siempre para ganar,
voy pausado faroleando las noches completas
y la suerte, una vez más, me sonríe con amor en mis letras.
Este poema corresponde al ecuatoriano Franklin Efraín Palacios Montesinos, de su libro “El Poeta de los Casinos”. Quien habla de la rudeza con la cual solían realizarse los juegos en los casinos antiguamente. Pues, las puestas que realizaban antiguamente los jugadores solían incluir bienes de suma importancia y si se incumplía con el pago de las mismas, muchas veces los enfrentamientos terminaban en tragedias.
En algunos casos los jugadores solían enviciarse de los juegos en los casinos, hasta el punto que perdían toda conexión con sus familias y llegaban a descuidar su salud en extremo.
Sin duda, la industria del entretenimiento, antiguamente, sorprendía a las personas en extremo. Quienes no podían controlar ciertos impulsos caían fácilmente en los vicios. El más claro ejemplo es el juego, a que muchos llegaron incluso a perder fortunas a causa de peregrinar casinos.
Sin embargo, hoy no es necesario apostar grandes sumas de dinero ni perder la cabeza a causa de una mala racha. Los casinos de hoy se han modernizado de sobremanera llegando incluso a sacar gran provecho de la tecnología y el internet.
Hoy con los casinos online, todos pueden participar de forma segura y apostando incluso cantidades mínimas, que no pongan en riesgo sus bienes y más bien garanticen su seguridad financiera sin dejar de divertirse.
Además, el gran beneficio de los casinos en la red es que tienen mayor facilidad de otorgar más premios a los fanáticos. Por ejemplo, los bonos en casinos online son la mayor muestra de premiación que han podido otorgar a sus clientes, ya que no son simples premios, algunos de ellos son acumulativos.
De esta manera, se podría decir que el juego ha llegado a “civilizarse” dejando las matanzas y la barbarie que se relata en los poemas antiguos que hablaban sobre los casinos.
Se dice que gran parte de la inspiración que tuvo Franklin Palacios para escribir sobre casinos en su poesía provino de algunos escritores españoles que se enfocaron en relatos similares, ya que los casinos más grandes y tradicionales se encuentran en Europa y más propiamente en el país Ibérico. Uno de los ejemplos más reconocidos fue Alfredo Gómez, quien relató a detalle muchas vivencias al interior de los casinos que frecuentaba en su juventud.